Bien, como os iba contando, he dejado un poco de lado el tema político a la vista de los acontecimientos, y al escuchar la radio esta mañana y encontrarme prácticamente con lo mismo una y otra vez, reitero lo dicho y paso a otros temas.
Y sí, voy a hacerlo, tengo que hablar de Eurovisión!! Lo siento!! Se que habréis escuchado hablar sobre ello estos días hasta la saciedad, pero no voy a quedarme con las ganas de hacer un mínimo comentario después de todo lo visto, sabido, contado, escuchado y.. saber que 16 millones de españoles vieron la gala el sábado noche.
16 millones de españoles… Estaba echando cuentas… visualizando a 16 millones de españolitos frente a las pantallas, en sus casas, en los bares, en familia o en grupo de amigos reunidos para ver el show chikilicuatre… ¿Desde cuando no pasaba esto? Lamento no disponer de los datos, pero creo que con Rosa quizá se igualara.
Recuerdo esa gala, todo el mundo había quedado con los amigos para ver ese Europe is living a celebration, hortera cuanto menos, pero habíamos estado todos los españoles siguiendo Operación Triunfo durante todo el año para elegir a la persona y la canción que nos representaría en Eurovisión.
Ahí está la gracia. Habíamos estado todos, perdón, prácticamente todos, aquellos que lo nieguen mienten la mayoría, enganchados a las galas del archiconocido OT y el poder ser nosotros los que eligiéramos el quien y el qué, participando activísimamente hizo que viéramos Eurovisión como algo próximo.
Y así llegamos al ahora. Triste pero cierto. Una cadena de televisión, en concreto el programa de Buenafuente, se inventa una cancioncita para participar en ese concurso en que cualquiera podía enviar su video con la canción con que pensaba acudir a la Gala y la gente votaba por la que mejor le parecía.
Y ahí aparece el fenómeno chiki chiki o como puñetas se escriba. Buenafuente y concretamente su productora, Terrat, se le ocurre inventarse el personaje cutre mangotero del Chikilicuatre con una canción hortera hasta decir basta, pero bueno, como cachondeíto no está mal.
Lo malo es lo siguiente. Vamos a ver, ¿quién no iba a pensar que un programa tan influyente como Buenafuente, para bieno para mal, no iba a conseguir que una chorrada como esta que al día siguiente ya etaban cantando todo el mundo y “bailando” (lo pongo entre comillas porque lo del bailecito tiene guasa) no llegara a ser ganadora del concurso para la canción eurovisiva que votaban los telespectadores??
Politonos y merchandaising vario nos inunda de pronto.
Era muy previsible, y ellos bien lo sabían.
A mi, qué queréis que os diga, me daba exactamente igual. Lo cierto es que la canción chunguera dio muchísimo juego y en mis queridas fallas la escuchamos repetitivamente sin que a nadie le molestara en absoluto. Lo reconozco, aquí todo bicho viviente, todo fallero la ha bailado en la calle, que para eso están las fiestas.
Hasta aquí todo bien.
El problema llegó con el sabábado pasado. Llegué tarde para ver las primeras canciones pero, a excepción de alguna cutrada varia de algún que otro país, las canciones eran como mínimo decentes. Pero lo nuestro fue extremo.
Si la canción ya era hortera, el tío era hortera, la ropa era hortera y el bailecito aún más, encima nos faltaba un cambio de ritmo muy raro, unas “bailarinas” horrorosamente vestidas y haciendo en payaso lo cual aún quedó redoblada la HORTERADA, el ridículo extremo. Pero muchísimo más en comparación con los demás países que con la lógica seriedad que merece este certámen, llevaron a la Gala canciones decentes y puestas en escena que pueden calificarse de “bonitas” al menos.
Y quedamos en un decimosexto puesto. Que no es que esté mal, pero eso es algo que habríamos conseguido de cualquier manera, porque ya se sabe que Eurovisión es hoy en día, aunque realmente siempre lo ha sido, una manera de afianzar los lazos con unos países y otros.
¿Merecía la pena este ridículo epantoso? Yo creo que no.
Pero lo peor de todo es que todo este espectáculo penoso del chikilicuatre en Eurovisión lo haya pagado Televisión Española, vamos, la que pagamos todos en resumen, para que los beneficios de todo este montaje bien montado, valga la redundancia, se los lleve el Terrat y Buenfuente.
Perfecto.
Yo voto por que el año que viene llevemos al Jonathan no te vayas pa lo hondo. Ya puestos, lleguemos hasta el final!
Viva el frikismo y los españoles!!! Leches, viva la chuleria de España